11 Anotaciones para la tertulia literaria Los juegos de la edad tardía, de Luis Landero (escrito realizado para la Tertulia Literaria Segura Covarsí de 27 de junio de 2009)
1.-El libro consigue el Premio Nacional de Literatura y el Premio de la Crítica. En 1989.
2.-Hay novelas que se escriben como churros, pero otras requieren una maduración más larga, como los buenos vinos. De hecho en una entrevista de Noviembre 1995 afirma que ... en realidad, me llevó mucho tiempo escribirla. Al principio dije que ocho o nueve años, y los periodistas redondearon en diez. Luego eché cuentas, y resulta que no era tanto. En realidad, la escribí en cuatro años, pero es que estuve mucho tiempo rondándola. Digamos que fueron cuatro años de matrimonio y dos de noviazgo.
3.-La mayoría de las novelas de Landero tratan sobre el fracaso de sus personajes. Efectivamente, según afirma el escritor en la entrevista anteriormente mencionada, ese es el tema de todas las novelas. Pensemos en cualquier novela, Mme. Bovary , Rojo y Negro , El Quijote, (Yo añado el personaje Ignatius J Reily, de La conjura de los Necios de Jonh Kennedy Toole -premio Pulitzer 1981-) encontramos que el tema fundamental no ya de la literatura, sino incluso de la filosofía y de la propia vida es la distancia tremenda entre la realidad y el deseo, entre lo que uno es y lo que hubiera querido ser. Eso lo tengo muy claro, y por eso escriba lo que escriba siempre me sale gente que tiene grandes deseos que la vida le impide realizar, y en un momento dado encuentra una especie de sucedáneo a través del cual puede realizarse y purificarse…
Así, en la página 111 (ante la insistencia de Gil en que Gregorio le conteste en una de las primeras conversaciones telefónicas, éste último le contesta) <<-Un hombre moderno, culto, joven, idealista, y que consigue siempre lo que quiere. En una palabra: un triunfador>> (Y gil le responde) <<-Un triunfador si señor. Y por eso entiendo que no quiere tratarse conmigo, que soy un hombre humilde, o mejor dicho un fracasado>>
4.-En otra entrevista del año 2.000 le preguntan: ¿qué es exactamente un mundo novelesco? Y responde: Es cuando de pronto sientes que algo empieza a funcionar como un motor. Funcionan las bielas, el cigüeñal, responde el freno y entonces... aparecen los personajes, aparecen las situaciones, aparecen los olores, el tiempo, el ambiente, el espacio... Eso es un mundo novelesco. En realidad es un trozo de vida, un enorme pedazo de vida que te atrae.
En cuanto a las descripciones, Landero realiza unas descripciones vigorosas, rápidas y efectivas, como esta de Angelina en la página 19: Era mansa y gordita, olía a jabón de coco y su voz se quebraba al acabar las frases, como si el pudor le advirtiese de haber cometido alguna indiscreción. O esta otra en la misma página: …Tenía cara de honrado comedor de legumbres.
Con respecto a los olores, me remito a otro libro de Landero (El cuento o la vida) en el que se diserta sobre la figura literaria denominada Sinestesia (consistente en aplicar cualidades derivadas de los sentidos a sustantivos que no le corresponden en su significado literal, no literario, por ejemplo El trino amarillo del canario, o gusto suave, sabor gris…). Pues bien, recuperemos la cita: La sinestesia existe antes en la vida que en la literatura: la sinestesia es una experiencia vital, y surge de los rotos que el olvido va creando en la memoria. Valga como ejemplo el que propone Manuel Aguado (personaje principal de este libro) para ilustrar esta figura retórica: ¿qué tiene que ver un loro y un sombrero de copa en un barco? Pues bien, éste naufraga y el loro se salva gracias a que se instala en el sombrero de copa y flotando, flotando llega a la costa. Así funciona la memoria: su naufragio –la rotura de la que habla Landero líneas más arriba- en el tiempo, el olvido, permite que experiencias e impresiones alejadas entre sí se encuentren de pronto unidas indisolublemente.
De este modo, hallamos la siguiente descripción de ambiente en la novela: […] y se puso tan triste que empezó a llorar por dentro, sin derramar una lágrima ni descomponer el rostro ni sacudir los hombros, pensando que el frío de aquel amanecer y aquel olor a gallinas dormidas no lo abandonarían ya nunca… (pág. 21)
5.- Otra entrevista del año 2001: ¿cuál es su libro de cabecera? Respuesta: Muchos. Diré dos: una buena antología poética y El Quijote. Para mí el gran héroe es Don Quijote, porque no se cansa nunca de vivir, y esa es una lección que debemos todos aprender.
Efectivamente, Los juegos nos traen a la memoria una y otra vez la figura mítica del loco caballero y toda la filosofía de vida que trae consigo. De este modo, casi al final de la novela, el personaje Isaias, el diablo, el de la cicatriz tipo ciempiés, dice literalmente: <<¿Tú has leído el Quijote? ¿Sólo a medias? Pues bien, allí podrás leer cómo Sancho le preguntó a su amo si el caballo Clavileño (el caballo de madera que deberá transportar a los protagonistas por los aires al muy lejano reino de Candaya.) no encubriría en el fondo una burla. Y Don Quijote dijo más o menos que ésa era una cuestión que sólo incumbía a los burladores, porque a ellos dos nadie podría quitarles la gloria del intento. Ese es un acto de fe.>> Página 348.
6.-En otra entrevista del año 2.002 le cuestionan sobre que hay de Kafka en su obra y él responde: -Kafka es un referente inevitable. Mi visión del mundo no coincide plenamente con la suya, pero sí que es cierto que Kafka me ha ayudado a aquilatarla mejor, a matizarla mejor, a reconducirla, a encauzarla. En definitiva, lo que cuenta Kafka es lo que cuentan muchos escritores. Todos soñamos, y todos tenemos un conflicto entre lo que soñamos y lo que nos gustaría ser, entre la realidad y los deseos. La condición humana depende mucho de esa relación entre lo que tú aspiras a ser y lo que realmente eres.
7.-La novela es una reconstrucción del pasado del personaje a través del recuerdo-analepsis- en el que se van desvelando las diversas etapas de la formación de su personalidad. Así, por ejemplo, el lector descubre cómo su imagen del mundo se forma a través de la educación que su tío Félix pretende impartirle con tres libros, la enciclopedia, el atlas y el diccionario, que le había entregado un misterioso personaje
8.- ¿Qué es el afán, abuelo? - El afán es el deseo de ser un gran hombre y de hacer grandes cosas, y la pena y la gloria que todo eso produce. Eso es el afán.
El afán de conocimiento: tres libros le proporciona el diablo (el de la cicatriz en la cara como un ciempiés): un diccionario (<>); un atlas (<>) y una enciclopedia (el mejor de todos, pues trae por orden alfabético todos los conocimientos de la humanidad…) El tío y el propio Olías se han contaminado de la pasión por el saber, por apresar el conocimiento de las palabras y de las cosas y se afanan por aprehenderlo en su totalidad: vano intento -el hombre es una pasión inútil- por inabarcable. Fíjaos, el tío empezó a estudiarse la enciclopedia hacía ya tres años e iba por la palabra “Aecio” (general romano que mató al conde Bonifacio en el año 432…) Como Don Quijote, los personajes de Landero se vuelven majaretas con los libros.
Tema unamuniano: el saber, la cultura, implica insatisfacción, infelicidad, frente a la ignorancia, el no saber, el no plantearse ni tan siquiera los enigmas de la vida, la felicidad. Léase Gregorio- Angelina, cuya anodina existencia, pero feliz, se traduce en no haber pasado hambre y en tener un hogar.
9.-Juegos de la Edad Tardía es uno de los libros que cobran vida extraliteraria y sus personajes salen de sus páginas – como el Quijote-. Así, desde hace ya unos quince años se fundó en Madrid El Círculo Cultural Faroni. Según su manifiesto, el impulso que los llevó a reunirse es difícil de definir, o al menos no lo verbalizan ni en el interrogatorio más insistente. Podría aventurarse la hipótesis de que son hijos del llamado "desencanto", esa pérdida de la ilusión política que minó los sueños de muchos progresistas españoles llevándolos a rechazar definitivamente los partidos políticos como herramienta para cambiar la realidad. Como el personaje de ficción, los componentes del Círculo Cultural Faroni son, qué duda cabe, una agrupación de timadores poéticos, impostores que no aceptan el chapoteo en el barro que impone el día a día y lo reemplazan por algo mejor, por su metáfora. En otros tiempos hubieran sido un corrosivo grupo Dadá, pero la bonanza europea no está para crispaciones y Faroni despliega un humor relajado que, a fuerza de existir, se hace crítico: muy a la española. Todos los integrantes del Círculo tienen una doble vida, un apócrifo.
10.- Uno de los momentos más desternillantes, a mi parecer, de la novela, en el que se muestran en su totalidad el carácter antagónico de los personajes Gregorio- Angelina:
<<-Nos compraremos un coche, o una moto. Iremos incluso al extranjero. ¿Tú sabes que hay un país que se llama Tamarca y un río que es el río de las Esmeraldas de Fuego? –sin duda, a Gregorio, como a Don Quijote las novelas de caballerías, el atlas le absorbió el seso. -Cuanta tontuna- Le responde Angelina. -Podemos ir a Roma a saludar al Papa -Anda, duérmete ya, que parece que tienes hormiguilla.>>
11.- Al final de la novela se insiste en la importancia del lenguaje como configurador de la realidad de cada persona. Es una constante en Landero: la confusión entre fabulación –el cuento- la ficción, y la vida, la realidad que cada uno se moldea a su gusto a través del lenguaje. ¿Quién no ha magnificado un suceso imprevisto que le ha ocurrido recientemente y no le ha añadido nuevos elementos que adornan la historia? Como dice Landero, todos somos narradores. Fijaos que Gil pretende darle nombre al pozo –que ya se llama pozo, pero para él es insignificante, a la huerta y al perro que tiene pensado comprar… En la enciclopedia, en el diccionario, en el atlas se halla encerrada toda la realidad, tan sólo basta apresar su nombre para aprehenderla.
Fuente: http://www.literaturas.com/v010/sec0512/suplemento/Articulo4diciembre.htm
2.-Hay novelas que se escriben como churros, pero otras requieren una maduración más larga, como los buenos vinos. De hecho en una entrevista de Noviembre 1995 afirma que ... en realidad, me llevó mucho tiempo escribirla. Al principio dije que ocho o nueve años, y los periodistas redondearon en diez. Luego eché cuentas, y resulta que no era tanto. En realidad, la escribí en cuatro años, pero es que estuve mucho tiempo rondándola. Digamos que fueron cuatro años de matrimonio y dos de noviazgo.
3.-La mayoría de las novelas de Landero tratan sobre el fracaso de sus personajes. Efectivamente, según afirma el escritor en la entrevista anteriormente mencionada, ese es el tema de todas las novelas. Pensemos en cualquier novela, Mme. Bovary , Rojo y Negro , El Quijote, (Yo añado el personaje Ignatius J Reily, de La conjura de los Necios de Jonh Kennedy Toole -premio Pulitzer 1981-) encontramos que el tema fundamental no ya de la literatura, sino incluso de la filosofía y de la propia vida es la distancia tremenda entre la realidad y el deseo, entre lo que uno es y lo que hubiera querido ser. Eso lo tengo muy claro, y por eso escriba lo que escriba siempre me sale gente que tiene grandes deseos que la vida le impide realizar, y en un momento dado encuentra una especie de sucedáneo a través del cual puede realizarse y purificarse…
Así, en la página 111 (ante la insistencia de Gil en que Gregorio le conteste en una de las primeras conversaciones telefónicas, éste último le contesta) <<-Un hombre moderno, culto, joven, idealista, y que consigue siempre lo que quiere. En una palabra: un triunfador>> (Y gil le responde) <<-Un triunfador si señor. Y por eso entiendo que no quiere tratarse conmigo, que soy un hombre humilde, o mejor dicho un fracasado>>
4.-En otra entrevista del año 2.000 le preguntan: ¿qué es exactamente un mundo novelesco? Y responde: Es cuando de pronto sientes que algo empieza a funcionar como un motor. Funcionan las bielas, el cigüeñal, responde el freno y entonces... aparecen los personajes, aparecen las situaciones, aparecen los olores, el tiempo, el ambiente, el espacio... Eso es un mundo novelesco. En realidad es un trozo de vida, un enorme pedazo de vida que te atrae.
En cuanto a las descripciones, Landero realiza unas descripciones vigorosas, rápidas y efectivas, como esta de Angelina en la página 19: Era mansa y gordita, olía a jabón de coco y su voz se quebraba al acabar las frases, como si el pudor le advirtiese de haber cometido alguna indiscreción. O esta otra en la misma página: …Tenía cara de honrado comedor de legumbres.
Con respecto a los olores, me remito a otro libro de Landero (El cuento o la vida) en el que se diserta sobre la figura literaria denominada Sinestesia (consistente en aplicar cualidades derivadas de los sentidos a sustantivos que no le corresponden en su significado literal, no literario, por ejemplo El trino amarillo del canario, o gusto suave, sabor gris…). Pues bien, recuperemos la cita: La sinestesia existe antes en la vida que en la literatura: la sinestesia es una experiencia vital, y surge de los rotos que el olvido va creando en la memoria. Valga como ejemplo el que propone Manuel Aguado (personaje principal de este libro) para ilustrar esta figura retórica: ¿qué tiene que ver un loro y un sombrero de copa en un barco? Pues bien, éste naufraga y el loro se salva gracias a que se instala en el sombrero de copa y flotando, flotando llega a la costa. Así funciona la memoria: su naufragio –la rotura de la que habla Landero líneas más arriba- en el tiempo, el olvido, permite que experiencias e impresiones alejadas entre sí se encuentren de pronto unidas indisolublemente.
De este modo, hallamos la siguiente descripción de ambiente en la novela: […] y se puso tan triste que empezó a llorar por dentro, sin derramar una lágrima ni descomponer el rostro ni sacudir los hombros, pensando que el frío de aquel amanecer y aquel olor a gallinas dormidas no lo abandonarían ya nunca… (pág. 21)
5.- Otra entrevista del año 2001: ¿cuál es su libro de cabecera? Respuesta: Muchos. Diré dos: una buena antología poética y El Quijote. Para mí el gran héroe es Don Quijote, porque no se cansa nunca de vivir, y esa es una lección que debemos todos aprender.
Efectivamente, Los juegos nos traen a la memoria una y otra vez la figura mítica del loco caballero y toda la filosofía de vida que trae consigo. De este modo, casi al final de la novela, el personaje Isaias, el diablo, el de la cicatriz tipo ciempiés, dice literalmente: <<¿Tú has leído el Quijote? ¿Sólo a medias? Pues bien, allí podrás leer cómo Sancho le preguntó a su amo si el caballo Clavileño (el caballo de madera que deberá transportar a los protagonistas por los aires al muy lejano reino de Candaya.) no encubriría en el fondo una burla. Y Don Quijote dijo más o menos que ésa era una cuestión que sólo incumbía a los burladores, porque a ellos dos nadie podría quitarles la gloria del intento. Ese es un acto de fe.>> Página 348.
6.-En otra entrevista del año 2.002 le cuestionan sobre que hay de Kafka en su obra y él responde: -Kafka es un referente inevitable. Mi visión del mundo no coincide plenamente con la suya, pero sí que es cierto que Kafka me ha ayudado a aquilatarla mejor, a matizarla mejor, a reconducirla, a encauzarla. En definitiva, lo que cuenta Kafka es lo que cuentan muchos escritores. Todos soñamos, y todos tenemos un conflicto entre lo que soñamos y lo que nos gustaría ser, entre la realidad y los deseos. La condición humana depende mucho de esa relación entre lo que tú aspiras a ser y lo que realmente eres.
7.-La novela es una reconstrucción del pasado del personaje a través del recuerdo-analepsis- en el que se van desvelando las diversas etapas de la formación de su personalidad. Así, por ejemplo, el lector descubre cómo su imagen del mundo se forma a través de la educación que su tío Félix pretende impartirle con tres libros, la enciclopedia, el atlas y el diccionario, que le había entregado un misterioso personaje
8.- ¿Qué es el afán, abuelo? - El afán es el deseo de ser un gran hombre y de hacer grandes cosas, y la pena y la gloria que todo eso produce. Eso es el afán.
El afán de conocimiento: tres libros le proporciona el diablo (el de la cicatriz en la cara como un ciempiés): un diccionario (<>); un atlas (<>) y una enciclopedia (el mejor de todos, pues trae por orden alfabético todos los conocimientos de la humanidad…) El tío y el propio Olías se han contaminado de la pasión por el saber, por apresar el conocimiento de las palabras y de las cosas y se afanan por aprehenderlo en su totalidad: vano intento -el hombre es una pasión inútil- por inabarcable. Fíjaos, el tío empezó a estudiarse la enciclopedia hacía ya tres años e iba por la palabra “Aecio” (general romano que mató al conde Bonifacio en el año 432…) Como Don Quijote, los personajes de Landero se vuelven majaretas con los libros.
Tema unamuniano: el saber, la cultura, implica insatisfacción, infelicidad, frente a la ignorancia, el no saber, el no plantearse ni tan siquiera los enigmas de la vida, la felicidad. Léase Gregorio- Angelina, cuya anodina existencia, pero feliz, se traduce en no haber pasado hambre y en tener un hogar.
9.-Juegos de la Edad Tardía es uno de los libros que cobran vida extraliteraria y sus personajes salen de sus páginas – como el Quijote-. Así, desde hace ya unos quince años se fundó en Madrid El Círculo Cultural Faroni. Según su manifiesto, el impulso que los llevó a reunirse es difícil de definir, o al menos no lo verbalizan ni en el interrogatorio más insistente. Podría aventurarse la hipótesis de que son hijos del llamado "desencanto", esa pérdida de la ilusión política que minó los sueños de muchos progresistas españoles llevándolos a rechazar definitivamente los partidos políticos como herramienta para cambiar la realidad. Como el personaje de ficción, los componentes del Círculo Cultural Faroni son, qué duda cabe, una agrupación de timadores poéticos, impostores que no aceptan el chapoteo en el barro que impone el día a día y lo reemplazan por algo mejor, por su metáfora. En otros tiempos hubieran sido un corrosivo grupo Dadá, pero la bonanza europea no está para crispaciones y Faroni despliega un humor relajado que, a fuerza de existir, se hace crítico: muy a la española. Todos los integrantes del Círculo tienen una doble vida, un apócrifo.
10.- Uno de los momentos más desternillantes, a mi parecer, de la novela, en el que se muestran en su totalidad el carácter antagónico de los personajes Gregorio- Angelina:
<<-Nos compraremos un coche, o una moto. Iremos incluso al extranjero. ¿Tú sabes que hay un país que se llama Tamarca y un río que es el río de las Esmeraldas de Fuego? –sin duda, a Gregorio, como a Don Quijote las novelas de caballerías, el atlas le absorbió el seso. -Cuanta tontuna- Le responde Angelina. -Podemos ir a Roma a saludar al Papa -Anda, duérmete ya, que parece que tienes hormiguilla.>>
11.- Al final de la novela se insiste en la importancia del lenguaje como configurador de la realidad de cada persona. Es una constante en Landero: la confusión entre fabulación –el cuento- la ficción, y la vida, la realidad que cada uno se moldea a su gusto a través del lenguaje. ¿Quién no ha magnificado un suceso imprevisto que le ha ocurrido recientemente y no le ha añadido nuevos elementos que adornan la historia? Como dice Landero, todos somos narradores. Fijaos que Gil pretende darle nombre al pozo –que ya se llama pozo, pero para él es insignificante, a la huerta y al perro que tiene pensado comprar… En la enciclopedia, en el diccionario, en el atlas se halla encerrada toda la realidad, tan sólo basta apresar su nombre para aprehenderla.
Fuente: http://www.literaturas.com/v010/sec0512/suplemento/Articulo4diciembre.htm
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